lunes, febrero 20, 2006

Irreflexiones cinematográficas (VI): Muchas películas en pocas palabras

Un post perezoso para probar hasta el límite lo irreflexivo del título y como se escribe sobre cine cuando se tienen las ganas y no el conocimiento. Nada más que una lista comentada de varias películas que vi últimamente.

El Salvaje (1953): Hacía mucho que quería ver esta película y cuando finalmente la vi completó todas las expectativas que tenía (que eran bastante altas). Como era habitual, Marlon Brando está impecable en su papel de adolescente duro y rebelde pero sensible. Ver esta película alcanza para entender porque Brando es la imagen perfecta de los 50s.

The Wedding Crashers (2005): Me imagino que empiezan a notar cuán diferentes son las películas que estuve viendo. Tengo una debilidad por este tipo de comedias, comúnmente ya sé que no van a ser buenas pero no puedo evitar verlas. Esta no es precisamente una obra maestra y le sobra por lo menos media hora (lo que la vuelve bastante lenta por ahí de la mitad, cosa imperdonable en una película que no debería ser nada más que entretenida) pero tiene sus momentos sobre todo gracias a Owen Wilson y Will Ferrell, que aparece poco pero prácticamente te paga la película.

Constantine (2005): Fue nada más que el morbo lo que me empujó a ver esta atrocidad. Quería comprobar en carne propia lo que le habían hecho a la genial creación de Alan Moore. No me voy a molestar en aclarar todo lo que le cambiaron con respecto del comic porque sé de donde estará esto adaptado pero seguro que no de Hellblazer. Más allá de la relación con el comic, la película podría haber estado mejor si durase unos 20 minutos menos (el final no termina nunca) y si no estuviese el hijo de puta de Keanu Reeves ahí sin molestarse en cambiar de expresión en toda la película. Roger Ebert había dicho que para ser un tipo que estuvo internado en un loquero, que puede ver cosas que nadie más puede ver, que vio el infierno personalmente cuando estuvo muerto y que el futuro del mundo depende de él, es un poco inexpresivo.

The Shawshank Redemption (1994): Había evitado por años ver esta película porque ya me imaginaba lo que me esperaba pero finalmente alguien en mi casa la puso y no pude seguir escapándole. Realmente odio estas películas con alto contenido humano pero esta es estúpida inclusive para el promedio. El mayor problema es que está narrada como si apuntara a un público de retrasados mentales. La película se niega a terminar dejando alguna cosa abierta y sigue y sigue, explicando todo hasta el límite de lo ridículo. Prácticamente nos podría haber mostrado como los protagonistas viven de viejos y se mueren y hasta sus hijos son felices, todos son felices. Salvo nosotros, los pobres espectadores que no hicimos nada para merecernos esto.

Sin City (2005): No me quedó otra que volverla a ver. Sigo opinando lo mismo que la vez anterior, aunque creo que le tomé un poco más de odio con el tiempo sobre todo después de ver el promedio exageradamente alto que tiene en imdb (8.5) y que se posiciona en el Top 250 de la página. ¿Cómo? No me lo explico.

La Pasión de Cristo (2004): Por supuesto que esta también la vi movido por el morbo. Y toda las expectativas fueron satisfechas. Una de las peores películas que vi en mi vida. No sé si se la puede acusar de antisemita como muchos hicieron, pero no importa porque es tan mala en absolutamente cada aspecto que no tiene sentido discutir nada más al respecto. Da vergüenza ajena ver como Mel Gibson incapacitado para generar algún tipo de dramatismo lo intenta conseguir metiendo más escenas en cámara lenta que en un capítulo de Baywatch. Una experiencia que no le recomdaría a nadie.

Bully (2001): Si La pasión... no estuviese acá arriba, esta película sería la peor de la lista. Parece que cuando Larry Clark no tiene un guión de Harmony Korine para arruinar las cosas le salen todavía peores y esta película lo muestra más perdido que turco en la neblina. No sé que decir de semejante porquería. Es tan irracionalmente mala que no puedo ni siquiera resaltar algo, es todo malo por igual, no hay nada rescatable. No la miren, por favor, por lo que más quieran.

Dark Water (2005): No vi la versión japonesa original así que no puedo decir cual es mejor ni si está bien adaptada, pero la película no está tan mal. Además, esperaba menos (ya estoy lógicamente aburrido de las remakes y del hype del terror japonés). La película genera bastante clima y tengo que confesar una debilidad por Jennifer Connelly.

Office Space (1999): Por alguna razón inexplicable esta película, que no fue muy bien tratada por la crítica al momento de su estreno, adquirió con el tiempo un cierto status de culto. Y además está dirigida por Mike Judge, creador de Beavis and Butthead, así que sentía curiosidad por verla. La agarré de casualidad en la tele a altas horas de la madrugada (el horario más indicado para ver porquerías que en otro momento uno no querría que ocupasen su tiempo) y recordé que quería verla. Si se la puede acusar de algo a la película es de inpuntualidad, más o menos por la mitad no se sabe a donde va ni como piensa hacerlo. Claro que el protagonista tampoco lo sabe así que eso podría justificarlo. De cualquie manera, la película tiene algún momento y es una muy buena representación de la vida en la oficina.

Mystic River (2003): Había escuchado alguna gente quejarse de esta película, a algunos diciendo que les parecía que tenía cierto mensaje ideológicamente nefasto pero la mayoría de la gente cuya opinión respeto me había dicho que era buena así que no le tenía miedo. Sinceramente, no le encontré ningún problema. Clint sabe exactamente lo que hace y dirige muy bien, posiblemente sea el último director clásico de Hollywood.

Chuck and Buck (2000): No tenía idea de que era esta película pero estaba Mike White, tipo que me cae muy simpático. Después me enteré que es del mismo director que The Good Girl (Miguel Arteta), otra película escrita por él. No había visto ninguna otra película protagonizada por White y me sorprendió ver que no actúa nada mal, o al menos le sale bastante bien este papel en el que es casi un gay casi retrasado mental. Un papel introvertido y discreto, de esos que aunque esté magnificamente interpretados jamás ganan el Oscar. La película no está mal, no le va a cambiar la vida a nadie pero se puede ver sin problemas.

The Skeleton Key (2005): Bastante entretenida pero nada más. Extrañamente no es una remake de una película japonesa pero se le nota la influencia. Claro que aunque intente crear climas y suspenso todo el tiempo sin mostrar nada, al final se nota que es made in USA y no japonesa y que no se pudieron contener de poner un final con acción.

El objeto de mi afecto (1998): Sí, es la segunda película con Jennifer Aniston en la lista. ¿Qué quieren? Las noches de verano son largas y la programación a las cinco de la mañana no es buena. Lo que me sorprendió de esta película es que pensaba que era una comedia y era bastante melodramática. No hay mucho más para decir de esta película, prefiero The Good Girl.

Faster, Pussycat! Kill! Kill! (1965): Bueno, de esta película no hay nada que decir. Una obra maestra. Hay quien cree que películas como esta eran misógina o machistas pero esto era un verdadero empowerment de la mujer. No son mujeres-objeto que se pasean en bolas. Tura Satana es una mujer poderosa, no es usada por nadie. Ella y sus compañeras son las que usan a los hombres y llenas de curvas, embutidas en vestidos metidos con calzador y con los escotes más grandes que se hayan visto en la pantalla azotan la ruta. Como un guante de seda forjado en hierro.

The Last Picture Show (1971): Otra que me gustó. ¿Cómo no me iba a gustar? Hacía mucho que la quería ver. La única de Bogdanovich que había visto era The Cat's Meow (que me había parecido buenísima) así que quería ver la que supuestamente es su obra maestra. Y no dudo que lo sea. No puedo hablar de esta película porque no hay por donde empezar. Esta película se trata de todo lo que una película se puede tratar y lo lleva adelante de la mejor manera posible. Increible.

American Splendor (2003): Ya era hora de que viera esta película. No leí el comic (ganas no me faltan) pero la película es buenísima. Además de que Paul Giamatti me parece un genial actor, el personaje de Harvey Pekar es fantástico, un perdedor de alto nivel. No sé si seré demasiado pesimista pero en parte me gustó porque más o menos así me imagino yo a los cuarenta. Y es que tan mala su vida no es, después de todo escribe comics, es amigo de Robert Crumb, está lleno de discos y escribía sobre jazz. Yo no me quejaría.

Before Sunset (2004): Una obra maestra. La primera me había gustado pero esta le pasa el trapo. Mucho más minimalista que la primera, llevando el recurso al límite, narrando una hora y cuarto de conversación en tiempo real. Ni siquiera tiene un final de verdad (y tiene uno de los mejores finales que vi en bastante tiempo). Me produjo ese extraño efecto de sentirse parte de la conversación y reirse toda la película no porque sea gracioso sino porque es como si uno estuviera conversando también que solo me había pasado con Husbands de Cassavettes (otra obra maestra).

miércoles, febrero 15, 2006

El canon que no es

A pesar del imposible precio de $144, leí casi entero el recientemente aparecido libro de Robert Dimery 1001 discos que hay que escuchar antes de morir gracias a que en Yenny se pueden leer los libros sin necesidad de comprarlos, derecho del que he abusado en muchas ocasiones. Agarré el libro desconfiado y convencido de que iba a ser una porquería parecida a las listas de la Rolling Stone, o sea, una lista hecha casi exclusivamente con discos nortemaricanos, todos los de los Beatles, un par de los Rolling Stones y como mucho uno de los Kinks o de The Who y absolutamente nada que sea extranjero (desde ese punto de vista) o que no sea claramente mainstream.

Para mi sorpresa este libro no se parecía en nada a eso. Por lo menos la mitad de los discos icluidos no esperaba que estuvieran y jamás habrían entrado en una lista de la Rolling Stone. Como los discos estaban en orden cronológico (comienza con uno de Sinatra y termina con Get Behind Me Satan) antes de dar vuelta cada página trataba de adelantarme sobradoramente al libro y pensaba "Seguro que ese disco no está". "Seguro que no hay nada de Suicide", y ahí estaba el primer disco. "Seguro que no hay nada de Throbbin Gristle" y encontraba el D.O.A.. "Seguro que no hay nada de Einsturzende Neubauten" y aparecía el Kollaps. Debería haberlo pensado cuando vi a Sid en la tapa.



Decepcionado por que el libro no fuera tan malo como pensaba tuve que aceptar que la lista estaba bastante bien hecha y me alegré de ver discos de Blue Cheer, Hawkwind, Lightning Bolt, Spacemen 3, Fela Kuti, Faust, Neu!, Can, King Crimson, Kraftwerk, The Residents, Pere Ubu, Butthole Surfers, Big Black, The Replacements. Todo esto no debería llamarme la atención pero recordaba la lista de la Rolling Stone de los 500 discos más grandes de la historia en la que ninguna de esas bandas había ni siquiera rasguñado un puesto 499. Me sorprendió ver que no se quedaban en los discos más básicos del punk y que estaba el Go Girl Crazy de los Dictators, el Rattus Norvegicus de los Stranglers, uno de los Germs que no me acuerdo cual era (supongo que (GI)), y todavía más raro, habían incluido a The Adverts y el Germ Free Teenagers de X-Ray Spex. Curiosamente, el hardcore también tenía su lugar y ahí estaban el Fresh Fuit for Rotten Vegetables de los Dead Kennedys, el Damaged de Black Flag, el Group Sex de Circle Jerks, Double Nickels on the Dime de los Minutemen, no me acuerdo cual de Husker Dü y, aunque no lo podía creer, el glorioso e ignorado Meat Puppets II. También sorprendían las reivindicaciones de discos como Meat is Murder, Goo, Dirty o Isn't Anything.

Por supuesto que nada es perfecto y faltaban cosas pero con esto ya alcanzaba. Era mucho mejor que la lista de la Rolling Stone, al menos para mí lo era. ¿Por qué sigo para mí? La cuestión no es que se incluye y que no, la cuestión es a qué canon se sigue. (Advertencia: acá es donde dejo de hablar del libro y empiezo a divagar y proponer teorías autoconvencido de su seriedad). Podría decir que hay por lo menos dos canones funcionando, uno amplio y uno estrecho. Este último es el de la Rolling Stone, el canon que podríamos definir como mainstream, pop o vulgar dependiendo de como se lo mire. Es el canon en el que los Beatles inventaron todo, el rock es exclusivamente estadounidense salvo por la invasión británica y no existe el ruido, la experimentación ni la electrónica. El otro, el amplio, es el canon del libro, el canon sofisticado, culto o snob, también dependiendo de quien lo diga. Es el canon donde The Velvet Underground ocupa el mismo lugar que los Beatles, la psicodelia empezó con los 13th Floor Elevators y no con el Sgt. Pepper, el kraut es tanto o más importante que cualquier música made in USA y el under norteamericano es palabra santa. Sin duda es mi canon y, aunque no puedo hablar por nadie, creo que es el de la mayoría de los que pueden leer esto.

No creo que hay mucho diálogo entre ambos canones ni que haga falta discutir cual es mejor, simplemente me interesaba llamar la atención sobre el hecho porque no fue sino hasta hace poco tiempo que pensé en esto.

Ahora, ¿para cuándo el libro de los 1001 que no vas a escuchar antes de morir? Resaltando el lado más extremo de ese canon amplio, los verdaderos clásicos ocultos de la historia del rock, la cara-b de la música pop (y no tanto). Porque, aún a pesar de su amplitud, el libro resulta estrecho en comparación con lo elástico del canon para los melómanos más fervorosos. Hablo de un libro con los clásicos que ni siquiera ahí entraron. Philosophy of the World de The Shaggs, Cacophony de Rudimentary Peni, música aún más extranjera con un poco de rock japonés y algún disco de The Bats (los Go-Betweens podrían haber entrado sin problema en el libro). Algo de noise como Whitehouse o Merzbow. Half Japanese, Beat Happening, Pussy Galore, GG Allin, un poco de No Wave. Todas esas bandas que jamás van a ser reconocidas de verdad pero que todos sabemos lo buenas que son. Y es que realmente hay un lado más extremo de este canon amplio y muchos consideramos a estos discos clásicos y aún muchos que sí podrían ser considerados como clásicos y que aparecen en el libro ocupan lugares todavía más importantes. Apostaría por ejemplo a que más de uno pondría el Double Nickel on the Dime no entre los 1001 discos que hay que escuchar sino entre los diez o veinte que hay que escuchar. Y también al Modern Dance, o 20 Jazz Funk Greats, o Trout Mask Replica, o cualquier otro.

Bueno, me cansé de divagar (y seguro que ustedes se van a cansar de leerlo) así que mejor termino. Prometo que voy a terminar para la próxima vez el post que estaba tratando de terminar. Posiblemente no vaya a ser mejor que los demás pero al menos no está improvisado.

jueves, febrero 09, 2006

Una triste excusa

Estoy todavía intentando terminar un post que se volvió demasiado largo así que mientras tengo que ocupar espacio con alguna estupidez para que no parezca un blog abandonado.

Acabo de descubrir en la Wikipedia el artículo de la Ley de Wilcox-McCandlish sobre la evolución de las discusiones online. La ley está expresada como "The chance of success of any attempt to change the topic or direction of a thread of discussion in a networked forum is directly proportional to the quality of the current content. " (Trad.: La posibilidad de éxito de un intento de cambiar la dirección o tópico de un tema de discusión en un foro es directamente proporcional a la calidad del contenido actual). Hay que aclarar que estas leyes nos incumben como miembros de la blogósfera porque siempre se vuelven a comprobar una y otra vez y porque los blogs no están exentos.

Entre los múltiples corolarios figura uno increiblemente cierto que más que un corolario es un axioma. La excepción al primer corolario de McCandlish: "When a thread reaches the flame war stage, all changes in thread topic or direction will be changes for the worse. " (Trad.: Cuando un tema llega al nivel de flame war, todos los cambios de dirección o tópico serán para peor).

La única de este tipo de leyes que conocía era la Ley de Godwin, expresada como "As an online discussion grows longer, the probability of a comparison involving Nazis or Hitler approaches 1." (Trad.: Mientras más larga se vuelve una discusión online, la probabilidad de una comparación que involucre a Hitler o Nazis se acerca a 1). Esta ley está relacionada cercanamente con la falacia lógica conocida como Reductio ad Hitlerum ("Hitler o el partido Nazi apoyaron X, por ende X debe ser malo"). Claro que esta ley se aplica también a otro tipo de conversaciones que repentinamente muestran este grave síntoma de agotamiento, señal de que hay que cambiar de tema o ir a hacer algo más útil.

Otra ley muy aplicable a los foros y a las discusiones online es la Ley de la controversia de Benford según la cual "La pasión es inversamente proporcional a la cantidad de información real disponible".

Volviendo a la ley de Wilcox-McCandlish me sorprende leer el tercer corolario de McCandlish que suena casi atroz pero me doy cuenta de que es completamente cierto y que hasta donde yo puedo dar fe, siempre se cumple: "Any attempt at recourse to formal logic or identification of classic fallacies will simply increase the irrationality of the discussion." (Trad.: Cualquier intento de recurrir a la lógica formal o de identificar falacias clásica simplemente aumentará la irracionalidad de la discusión).

Por supuesto que todo esto sirve para mostrar la verdadera naturaleza de las discusiones online. ¿Cuántos pueden decir que vieron una de estas discusiones llegar a alguna definición, conclusión o cualquier cosa que se supone que una discusión debe lograr y no terminar en un ida y vuelta de puteadas (flame war)? Comunmente lo mejor que una de estas discusiones termina es en nada, o sea, simplemente termina. La conclusión lógica creo que es que a la gente no suele gustarle la verdadera polémica. También tiene que ver con el corolario de Wilcox a la ley de Wilcox-McCandlish "The more involved one is in a flame war, the less likely one is to recognize it as such" (Mientras más envuelto está uno en una flame war, menos apto es uno para reconecerla como tal).

miércoles, febrero 01, 2006

Un arte perdido

El último post fue un compilado y, aunque es el primero que posteo yo, es bastante común en los blogs. Siempre que los veo pienso en lo mismo, en que solo hay una forma de hacer buenos compilados, en cassete.

Nunca hice un compilado en cd o en mp3. ¿Para qué? ¿Qué gracia tiene? Es demasiado simple, demasiado fácil. Cualquier boludo hace un compilado en cd, pero requiere verdadero talento hace un compilado bien hecho en cassete.

Cuando uno hace un compilado en cassete necesita, además de elegir bien el orden de los temas, controlar el tiempo de silencio entre los temas, o engancharlos bien cuando se puede. No es fácil, un buen compilado tiene que sonar casi como un disco conceptual y no como un montón de canciones amontonadas. Un compilado en cassete es artesanal e irrepetible a causa de todos esos factores que uno puede controlar y que no puede con el cd.

Además hay otra razón para querer al cassete, sistema que ha caido en desgracia desde la aparición del cd, con la aparición del cassete por primera vez se pudieron hacer compilados. Por primera vez cualquiera podía hacer sus propios discos.

Mucho antes que el mp3 el cassete asustó a las discográficas que creyeron que las copias en cassete iban a destruir para siempre a la indutria y que ya nadie iba a comprar discos.

Por todo esto es que no deberíamos olvidarnos del cassete y del arte perdido de hacer compilados de verdad.